lunes, 31 de octubre de 2011

Yo no creo en aquellos que creen.

Dicen que este cuerpo, es la cárcel de mi alma.

Dicen que es mi carne la que me aleja de Dios

Y dicen también, que castigos eternos me esperan si desafío sus reglas.

Pero yo he visto a todos los dioses cuando te tengo en mi cuerpo.

Y lucifer me libre de renunciar a semejante comunión divina.

El verdadero infierno, es no gozarte.

No hay culpas que cargar, yo no creo en lo que dicen,

aquellos no conocen ni a su Dios,

en cambio yo,

atiborrada de pecados, sacrilegio y herejías,

me se, mas que nadie, inocente.

Volver al origen.


Volvamos al origen

Manchémonos del pecado original

Ese que cometieron nuestros padres,

que te trajo aquí

que te dio forma.

Carne mas carne,

resultando tu carne,

la que ahora devoró.


La pureza es un virus mi amor, que degrada,

me debilita.

Por salud, te necesito.


Líbrame de toda virtud,

inféctame de ti.

Déjame ser poseída por tus demonios,

esos que solo vez cuando duerme tu conciencia.


Quiero exprimirte y beberme tu placer,

terminar embriagada de ti.

Siento hervir po tu calor, la sangre en mis venas.

Y de repente me siento dueña de un inmenso poder

con el que me estremezco y tiembla el mundo.


En parpadeos, hago la luz y las tinieblas.

Recorro los desiertos de tu cuerpo para poblarlos con mis manos,

es mi roce el que invoca a la vida a cada rincón de tu cuerpo.


Te despiertan sensaciones que no conocías. Y cambias.

Transmutas

Involucionas

De hombre das un salto hacia lo más primitivo

“Ahora, el cazador ha sido acorralado por su presa.”


Tómame mientras penetro tu alma,

mientras, avanzas conquistando mi anatomía con tu desnudez,

y me rindo con la vista al cielo, sonriendo ante su envidia

pues la divinidad la llevo yo, contigo, entre mis piernas.