lunes, 6 de abril de 2009

Dicen que juntos nos caeremos en pedazos...

Fue en una de esas noches en que nuestros cuerpos tenían sabor a alcohol que me arriesgue a besarte.
No supe en qué momento deje de pensarlo para actuarlo.
Pero ya no puedo parar.
Mi intelecto sufre de deseos, y tú eres uno.
Me dicen con miedo que eres como el diablo, yo solo me digo a mí, en silencio del mundo: ¡como me encanta pecar!
Que soy veneno y te voy a intoxicar,
Que eres dinamita y me harás explotar...
Solo quiero tu soledad sentada junto a la mía, fumando del mismo cigarro, el silencio de tus besos y el calor de tu compañía, apagando el frio de mis tristezas; la música del tiempo que compartimos y las tardes, las noches, el clima, las nubes, el pasto, el ritmo del mundo, a tu lado.
Y si es verdad que nos caeremos en pedazos, me reconforta saber lo que tengo, quien soy y quienes somos, así distinguiré nuestros restos del suelo… para volvernos a armar.