domingo, 12 de diciembre de 2010

cuidado en lo que pides...

Te he dado lo que querías: la verdad.
Ahora me ves con esos ojos
Llenos del odio que también te obsequie yo.
Comprende que te hago un favor al confesártelo todo
Sin fingir. Sin robarte la vida, para que tengas una historia que fue una pérdida de tiempo.
A cambio te ofrezco unas palabras crudas más el orgasmo de anoche.
Bien, ahora es tu turno. Dispara tu puño si gustas. Pero puse las cartas sobre la mesa, y lo sabes, te di solo lo que querías.

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